Ana Iwataki
10.1.18—11.30.18
I was a better reader when I did not call myself a writer. I’ve consumed some of the titles in my bibliography with gluttony, my teeth leaving marks on the pages. I’ve gorged myself—unconcerned with how each text will be absorbed or excreted. On healthy days, waste is simply overflow—ideas not useful at the moment, cliché, empty calories. But a too-beautiful phrase might get twisted in my intestines, a foreign body of insight until it’s regurgitated intact.
The desire to satiate myself with the words of others—specifically, words I wish I could have written, either first or simply at all—is what I must protect myself against. I can’t allow those fats and salts and sugars to move through my system, into my veins, to my brain and lungs and heart. And so they sit: not retained, not released, turning into bile that disturbs my body’s rhythm. To my writer-self, those undigested bits are as good as poison. I can’t give in to my cravings.
It’s easier to leave something—some text, some idea, some one—undigested. We risk less. No anxiety of influence. No plagiarism. When you speak and when you write, how do you know what is organic and what is pathogenic? What is yours? How much can we take in from others and still remain a discrete self?
In The Preparation of The Novel: Lecture Courses and Seminars at the Collège de France, Roland Barthes writes about a beautiful work as a desired work in that it contains something he lacks. Kate Briggs references this idea in This Little Art when exploring the desire to translate as she negotiates her own identity as a writer. It’s painful to read her, an Anglophone woman living in Paris, translating Barthes and writing for a living, as my identity is formed from similar DNA. Until I was invited to do the BOOKSHELVES residency, Kate’s book lay untouched for a long time. It was the forbidden fruit. It was a reckoning.
I want to find a quote from Reay Tannahill’s Flesh and Blood: A History of the Cannibal Complex to evoke for me the violence of interiorizing another worldview, and the potential loss of ego, which I’ve found necessary to translate and, even, to curate. But in translation, the relationship of the translator to the translated is inherently regulated. The authorial violence, if it exists, is of the order of nibbles and love bites. I realize now that as a writer, curator, and translator, my most violent self is my reader-self. Most of the writers I love just can’t seem to keep each other off the page. We quote to avoid cannibalizing one another.
With blood on my mouth and a bloated belly, I am ashamed.
To what degree can we, or should we, control our desires? There is an eroticism to the choices we make when considering what to allow to act on our bodies and our intellects. These acts of translation—food to energy, food to waste, text to knowledge, foreign to incorporated—are the embodiment of our desirous interactions with the world. Or, perhaps, the choice to take in another person’s words, and to give them back newly formed, is an act of love. But as I’m developing my writer-self, I must make careful choices as a technique for survival. I don’t yet have the certainty that, if I were to consume with abandon, my remaining cells would suffice in their me-ness. To write, I can’t sit with the weight of all that’s already been written. It is through selective privation that I can whet an appetite for my own words.
But writing without reading is no more possible than eating without shitting. I’ll never be rid of my hunger and would frankly never want to be. There is nourishment in what sparks my own articulation, so for now I’ll have to shit where I eat. Served here is a rich meal for more evolved systems than mine. It’s a bibliography for better metabolism, for a day when the envied text will no longer be cause for blockage.
Please excuse the scatology. I’m just here holding the serpent’s apple. Risking a fall (hell is other people) to find grace in shitting and eating, solace in writing and reading.
Supe ser mejor lectora cuando no me auto-definía escritora. Leí algunos de los textos que conforman esta bibliografía con gula, mis dientes han dejado sus impresiones en las páginas de algunos de estos libros. Me atiborré sin preocuparme demasiado en como cada texto sería digerido o excretado. Durante los días más saludables, el desperdicio es simplemente un exceso – ideas sin demasiada utilidad, clichés y calorías vacías. Pero una frase bonita puede retorcerse en mis intestinos, como un cuerpo extraño de perspicacia, hasta que se regurgite intacto.
El deseo de saciarme con las palabras de otros – específicamente, palabras de las cuales me hubiera gustado ser su autora – es aquello de lo que debo protegerme. No puedo permitir que esas grasas, sales y glúcidos invadan mi cuerpo, circulando por mis venas, intoxicando mi cerebro, mis pulmones y mi corazón. Así es como terminan en reposo, no son retenidas ni liberadas, y se transforman en el bilis que perturba el ritmo de mi cuerpo. Para la escritora que yace en mi, esos mordiscos sin digerir son veneno. No puedo sucumbir ante mis antojos.
Resulta más sencillo hacer algo a un lado –un texto, una idea o una persona – sin digerir. Arriesgamos menos. Sin esa ansiedad. Sin plagio. Cuando hablamos o cuando escribimos, ¿cómo podemos diferenciar aquello que es orgánico de aquello que es patógeno? ¿Qué es propio? ¿En qué medida podemos referenciar a otros y seguir siendo fieles a uno mismo?
En The Preparation of the Novel: Lecture Courses and Seminars at the Collège De France, Roland Barthes escribe sobre una obra hermosa como una obra deseada que a su vez contiene algo que él carece. Kete Briggs hace una referencia a esta idea en Este pequeño Arte negociando su propia identidad como escritora mientras explora su anhelo por traducir. Resulta doloroso leer sus palabras: una mujer anglo-parlante residiendo en Paris, traduciendo a Barthes mientras escribe para ganarse la vida, ya que mi identidad posee un ADN similar. Hasta el momento en el cual fui invitada a formar parte de la residencia en BOOKSHELVES, el libro de Kate permaneció en un estante, intacto por mucho tiempo. Era aquel fruto prohibido. Era un ajuste de cuentas.
Quisiera encontrar una cita en Flesh and Blood: a History of the Cannibal Complex, de Reay Tannahill, para ejemplificar la violencia propia en el acto de interiorizar otra forma de ver el mundo, y la consecuente pérdida de ego, la cual me resulta esencial a la hora de comenzar una traducción o de, porque no, curar una exhibición. Pero en el caso de la traducción, la relación entre el traductor y aquello que está atravesando un proceso de traducción se encuentra inherentemente regulada. La violencia autoral, si es que existe una, se encuentra en un orden de mordiscos y chupones. Ahora me doy cuenta de que como autora, curadora y traductora, mi versión más violenta aflora cuando me presento como lectora. Gran parte de los escritores a los que admiro carecen de obviedad. Citamos para evitar canibalizarnos unos a otros.
Con mi boca llena de sangre y el estómago hinchado, me encuentro avergonzada.
¿Pero hasta qué grado podemos, o debemos, controlar nuestro apetito? Existe cierto erotismo en las decisiones que tomamos cuando consideramos qué autorizar actuar en nuestros cuerpos e intelectos. Estos actos de traducción o transformación – alimento en energía, comida en desperdicio, texto en conocimiento, ajeno en incorporado – son la encarnación de nuestras aspiraciones a la hora de interactuar con nuestro contexto. Tal vez, la decisión de tomar prestadas las palabras de otra persona, y devolverlas reformuladas, es un acto de amor. Pero, a medida que perfecciono mi “ser-escritora”, debo ser cuidadosa en mis elecciones como una estrategia para mi supervivencia. No tengo la certeza de que, si me entregara al abandono, aquellas células residuales serían suficientes en su cualidad de SER. Para escribir, no puedo ceder ante el peso de todos aquellos textos del pasado. Sin embargo, es mediante una privación selectiva con la que logro abrirme el apetito para mis propias palabras.
Pero, escribir sin leer es tan difícil como comer sin cagar. Nunca lograré saciar mi hambre, y, a decir verdad, tampoco lo anhelo. Existen ciertos nutrientes en aquello que enciende mi elocuencia por lo cual, al momento, deberé cagar donde como. Lo servido aquí es un festín para metabolismos más evolucionados que el mío. Es una bibliografía para sistemas digestivos más eficientes, para el día en que aquel texto el cual envidio cese de ser la causa de mis bloqueos.
Debo disculparme por mi tono escatológico. Aquí estoy, sosteniendo la manzana del árbol del conocimiento. Arriesgando una caída (el infierno es el otro) para encontrar el encanto en cagar y comer, con un solo consuelo: la escritura y la lectura.
Trans. Natalia Rolón
Jeg var en bedre læser da jeg endnu ikke kaldte mig selv forfatter. Jeg har slugt nogle af titlerne i min bibliografi grådigt, mine tænder har efterladt mærker på siderne. Jeg har proppet mig selv – uden at tænke over hvordan teksterne ville blive absorberet eller udskilt. På sundere dage er skrald bare overskud – ideer der ikke var brugbare i øjeblikket, klicheer, tomme kalorier. Men en alt for smuk sætning har chance for at blive fordrejet i mine tarme, en fremmed, indsigtsfuld krop før den bliver gylpet op intakt.Begæret efter at blive fuldstændig mættet af andres ord – særligt de ord jeg ønsker at jeg selv havde skrevet enten som den første eller overhovedet – det er hvad jeg må beskytte mig selv imod. Jeg kan ikke tillade at disse fedtstoffer og salte og sukkerarter bevæger sig igennem mit system, ind i mine vener, igennem min hjerne og mine lunger og mit hjerte. Og således sidder de: Ikke fastholdt, ikke frigivet, og bliver omdannet til galde der forstyrrer min krops rytme. Disse ufordøjede bidder virker på mit skrivende jeg så godt som gift. Jeg må ikke overgive mig selv til mine lyster.
I The Preparation of The Novel: Lecture Courses and Seminars at the Collège de France skriver Roland Barthes om et smukt værk som et værk der vækker begæret forstået på den måde at det indeholder noget som han savner. Kate Briggs refererer denne idé i This Little Art når hun undersøger begæret efter at oversætte idet hun forhandler sin egen forfatteridentitet. Det er smertefuldt at læse hendes tekst, hun der er en engelsktalende kvinde bosat i Paris, oversætter af Barthes og skriver for at kunne ernære sig, da min egen identitet indeholder lignende DNA. Ikke før at jeg blev inviteret til BOOKSHELVES residenciet har jeg givet mig selv lov til at læse Kate’s bog. Det var en forbudt frugt. Det var et opgør.
Det er lettere at efterlade noget – en tekst, en idé, en anden – ufordøjet. Vi risikerer mindre. Ingen angst eller indflydelse. Intet plagiat. Når du taler og når du skriver, hvordan ved du hvad der er organisk og hvad der er sygdomsfremkaldende? Hvad er dit? Hvor meget kan vi tage ind fra andre og stadig forblive et diskret selv?
Jeg vil finde et citat fra Reay Tannahills Flesh and Blood: A History of the Cannibal Complex for bedre at forstå det voldelige i at internalisere en andens syn på verden, og det potentielle tab af ego, som jeg har fundet nødvendigt for at kunne oversætte, og endda for at kunne kuratere. Men i oversættelsen er forholdet mellem oversætteren og det oversatte naturligt reguleret. Forfattervolden, hvis den eksisterer, er noget i størrelsesordenen af snacks og sugemærker. Jeg indser nu, i min egenskab af forfatter, kurator og oversætter, at mit mest voldelige selv er mit læsende selv. De fleste af de forfattere som jeg elsker kan bare ikke, ser det ud til, holde sig fra hinanden. Vi citerer for at undgå at kannibalisere hinanden.
Med blod på mine læber og med en oppustet mave, jeg skammer mig.
I hvilken grad kan vi, eller skal vi, kontrollere vores begær? Der er en erotisme til stede i de valg vi foretager idet vi overvejer hvad der skal have indflydelse på vores krop og vores intellekt. Disse transformationer – mad til energi, mad til affald, tekst til viden, fremmed til inkorporeret – er udtryk for vores begærlige interaktioner med verden. Eller, måske, så er det at tage en andens ord ind, og give dem tilbage i ny form, en kærlighedserklæring. Men imens jeg udvikler mit forfatter-jeg må jeg udvælge omhyggeligt for at kunne overleve. For at kunne skrive kan jeg ikke bære vægten af alt det der allerede er blevet skrevet. Det er gennem et selektivt afsavn at jeg kan pirre min appetit for mine egne ord.
Men at skrive uden at læse er ikke muligt ligesom det ikke er muligt at spise uden at skide. Jeg får aldrig stillet min sult og ville faktisk aldrig ønske at noget sådan skete. Der er næring i det der sætter min egen tænkning igang, så indtil videre må jeg skide der hvor jeg spiser. Det der serveres her, er et mættende måltid til mere udviklede systemer end mit eget. Det er en bibliografi for bedring af stofskiftet, for en dag hvor den misundede tekst ikke længere vil medføre forstoppelse.
I må undskylde min hang til det skatologiske. Jeg holder blot slangens æble. Risikerer et syndefald (helvedet er andre mennnesker) for at finde ynde i at skide og spise, trøst i at skrive og læse.
Trans. Amalie Brandt
나는 내 스스로를 작가라 부르지 않을 때 더 나은 독자였다. 내 도서 목록의 일부 제목들은 나의 폭식으로 인해 소모된 것들이고, 그 곳엔 내 이빨 자국들만 남겨져있다. 각 텍스트가 어떻게 흡수되거나 배설되는지에 관심이 없는 내 자신이 역겹다. 건강할 때 낭비가 넘쳐난다. 0칼로리, 클리세, 그리고 그 순간의 무용한 생각들. 그러나 이 지나친 미사여구가 식견이 있는 이질적인 내 몸의 부위인, 창자 안에서 온전히 역류할 때, 그것은 또 다르게 뒤틀려질 수 있다.
다른 이들의 글로 내 자신을 배부르게 하고픈 욕구는 내가 항상 멀리해야 하는 것들이다. 특히 내가 처음으로 썼었으면 하는, 혹은 단순히 그렇게 썼었으면 하는 문구들로부터는. 지방, 염분, 설탕들이 내 시스템을 통해 내 혈관으로, 내 뇌로, 폐와 심장으로 들어가는 것을 나는 허용할 수 없다. 결국 그 소량의 것들은 유지되지도 배출되지도 않은 채, 불포화 상태로 변하면서 내 몸의 흐름을 방해할 것이다. 작가 자신으로서, 이러한 불소화층은 독약과도 같다. 그래서 나는 내 갈망에 굴복 할 수 없다.
어떤 글, 어떤 생각, 어떤 이를 소화하지 않은 채 놔두는 것은 다소 쉬운 일이다. 위험이 없다. 할 걱정도 받을 영향도 없다. 표절도 없다. 당신이 말을 하고 글을 쓸 때, 무엇이 유기농인지 발병원인지 어떻게 아는가? 당신의 것이라 할 수있는 것은 무엇인가? 우리는 얼만큼 다른이로부터 차용 할 수 있는 것인가. 그러면서도 스스로를 별개된 자아라 할 수 있을까.
롤랑 바르트의 저서 ‘소설의 준비’에서, 바르트에게 아름다운 작품은 그가 부족한 것을 포함하고 있는 욕망된 작품이라 표현했다. 이에 케이트 브리그는 그녀의 저서 This Little Art 에서 스스로의 정체성을 한명의 작가로 정의 지으면서, 번역을 향한 욕망을 탐험하며 바르트의 말을 인용한다. 그녀가 파리에 살며, 바르트의 글을 번역하고, 생계를 위해 글을 쓰는 영어권의 여성이라는 점에서, 내 정체성 또한 그와 같은 DNA 로 구성되었기에, 그녀의 글을 읽는 것은 내게는 꽤나 고통스러운 일이다. 내가 BOOKSHELVES 레지던시에 참여하게 될 때까지, 케이트의 책은 한참 동안이나 손도 대지 않은 채 남아 있었다. 그것은 선악과였며 청산해야 할 일이었다.
나는 레이 탄니힐의 Flesh and Blood: A History of the Cannibal Complex 에서 한 문장을 인용하여 다른 세계관을 내재화시키는 폭력과 자아의 잠재적 상실을 다시금 불러 일으키고 싶다. 그것들은 나에게 번역과 큐레이팅을 하는데 있어서 필수적인 과정이기도 하다. 그러나 번역에서 저자와 번역자의 관계는 본질적으로 규제되어있다. 저자의 폭력. 그것이 존재한다면, 갉아먹음과 키스자국의 순차적 폭력이다. 작가로서 큐레이터로서, 그리고 번역자로서 나의 가장 폭력적인 자아는 독자성의 자아이다. 내가 사랑하는 작가의 대부분은 서로를 페이지 밖으로 보지 못하는 듯하다. 우리는 서로 잡아 먹는 것을 피하기 위해 인용한다.
입에 피가 흐르고 배가 부풀리면, 나는 부끄럽다.
어느 정도의 선까지 우리는 우리의 욕망을 조절 할 수, 아님 해야만 하는 걸까. 우리의 육체와 지성에 어떤 행동을 허용할지를 고려할 때, 우리가 선택하는 것들에 대한 에로티시즘이 존재한다. 음식에서 에너지로, 음식에서 낭비로, 문헌에서 지식으로, 이방에서 합병으로. 이러한 번역의 행위들은 세상과 우리가 원하는 상호 교류의 형상화이다. 혹은 어쩌면, 다른이의 말을 빌려 새롭게 형성시켜 돌려준다는 선택은 사랑의 행위일지도. 하지만 필자도 작가로서 향상되어야 하기에, 나는 생존을 위한 수단으로서의 신중한 선택만 해야한다. 포기와 함께 내 자신을 소비해나아간다면, 내 남아있는 세포들이 그러한 자가의식 속에서 만족해할지에 대해서는 나는 아직 확신이 없다. 글을 쓰기위해 이미 쓰여진 것들의 무게만을 느끼며 앉아있을 수 없다. 그리고 이 선택적인 궁핍을 통해 나는 나만의 글에 대한 식욕을 자극 할 수 있게된다.
그러나 독서 없이 글쓰는 것은 배설없이 먹는 것만큼이나 불가능하다. 나는 결코 내 굶주림을 없애지 않을 것이며, 솔직히 결코 그렇게 되고 싶지 않다. 나만의 표현을 가능케 하는 영양분이 있었기에, 나는 이제 내가 먹은 곳에다 배변을 해야할 것이다. 나만의 것보다 더 진화된 체계를 위한 풍부한 식사가 여기 제공되었다. 그것은 더 나은 신진대사를 위한, 부러워하는 텍스트가 더 이상 막힘이 되지 않는 그 날을 위한, 이 도서 목록이다.
부디 스카톨로지를 용서해주길. 나는 그저 여기서 뱀의 사과를 들고 있을 뿐이다. 싸고 먹는 것에서의 은혜를, 읽고 쓰는 것에서의 위안을 얻기위해 나락의 위험을 무릅쓰는 중이다. (지옥은 다른 이들에게로)
Trans. Haena Yoo
J’étais une meilleure lectrice quand je ne me proclamais pas moi-même auteure. J’ai consumé certains titres de ma bibliographie avec gloutonnerie, mes dents laissant des marques sur les pages. Je me suis gorgée – insouciante de comment chaque texte serait absorbé ou excrété. Dans les bons jours, les déchets sont simplement un surplus – des idées inutiles sur le moment, des clichés, des calories vides. Mais une phrase trop belle peut rester entortiller dans mes intestins, la lucidité d’un corps étranger jusqu’à son intact régurgitation.
Le désir de me rassasier avec les mots des autres – spécifiquement, les mots que j’aurai souhaité avoir pu écrire, que ce soit en première ou que je les ai simplement écrits – est ce dont je dois me protéger le plus. Je ne peux me permettre d’avoir des graisses, des sels et des sucres se déplacer dans mon système, mes veines, mon cerveau, mes poumons et mon cœur. De tel sorte qu’ils siègent en moi : non conservé, non libéré, ils se transforment en bile qui perturbe le rythme de mon corps. En tant qu’auteur, ces morceaux indigestes sont aussi bons qu’ils m’empoisonnent. Je ne peux cesser mes désirs insatiables.
Il est plus facile de laisser quelque chose — un texte, une idée ou même quelqu’un — non digéré. Nous risquons moins. Pas d’anxiété d’être influencé. Pas de plagiat. Quand je parle et quand j’écris, comment savoir qu’est ce qui est organique et qu’est ce qui est pathogène ? Qu’est ce qui est mien ? A quel point peut-on prendre des autres et toujours rester un soi distinct ?
Dans La Préparation du roman : Cours au Collège de France (1978-1979 et 1979-1980), Roland Barthes écrit qu’un beau travail est un travail désiré car il contient en soi ce qui lui manque. Kate Briggs se réfère à cette idée dans This Little Art lorsqu’elle explore le désir de traduire alors qu’elle se confronte à son identité en tant qu’écrivaine. Il m’est douloureux de la lire, une femme anglophone vivant à Paris, traduisant Barthes et écrivant, alors que j’ai construit mon ADN d’une manière similaire. Jusqu’à ce que je sois invitée à la résidence BOOKSHELVES, le livre de Kate me fut impossible à ouvrir. C’était le fruit défendu. Le moment de rendre des comptes.
Je cherche à retrouver une citation dans Flesh and Blood: A History of the Cannibal Complex de Reay Tanahill pour parler de la violence de l’intériorisation de la vision du monde de quelqu’un d’autre, et la perte d’ego potentiel, que je trouve nécessaire de traduire et, aussi, de curater. Mais dans la traduction, la relation du traducteur au traduit est régulée de manière inhérente. La violence de l’auteur, si elle existe, est de l’ordre des grignotages et morsures amoureuses. Je réalise maintenant en tant qu’auteure, commissaire, et traductrice que mon plus violent moi est le moi lecteur. La plupart des écrivains que j’aime ne me semblent pas garder les autres en dehors de la page. Nous nous citons les uns les autres pour éviter de nous cannibaliser.
Avec du sang dans ma bouche et un ventre gonflé, j’ai honte.
A quel point pouvons, ou devrions nous, contrôler nos désir ? Il y a un érotisme dans les choix que nous faisons lorsqu’on envisage de se permettre d’agir sur notre corps et notre intellect. Ces actions de traduire – nourriture énergétique, nourriture à évacuer, le texte comme connaissance, l’extérieur à intégrer – sont l’incarnation de nos interactions désireuses avec le monde. Ou, peut-être que le choix de saisir les mots d’un autre, et de les restituer nouvellement formés, est un acte d’amour. Mais alors que je développe mon moi auteure, je dois opérer des choix consciencieux de technique de survie. Je n’ai pas encore la certitude que, si je serais consommée avec abandon, mes cellules restantes suffiront à mon moi. Écrire, sans pouvoir soutenir le poids de tout ce qui a déjà été écrit. C’est à travers une privation minutieuse que je peux aiguiser un appétit pour mes propres mots.
Mais écrire sans lire, ce n’est pas plus possible que manger sans chier. Je ne me débarrasserais jamais de ma faim et je ne voudrais franchement jamais l’être. Il y a de la nourriture dans ce qui se déclenche en moi, donc pour encore longtemps je dois chier là où je mange. Ici servi pour vous, voilà un riche repas pour des systèmes plus évolués que le mien ! C’est une bibliographie pour un meilleur métabolisme, pour le jour où le texte jalousé ne sera désormais plus un motif de blocage.
Excusez le caractère scatologique du texte. Je suis simplement sur le point de croquer la pomme. Risquant la chute (l’enfer c’est les autres) afin de trouver la grâce en chiant et mangeant, et le réconfort en écrivant et lisant.
Trans. Marion Vasseur Raluy
作家と自称するようになる前の方が、読者としてはきちんとしていた。目録に目を通してみると、ページに歯型を残すように貪ってきた書物も少なくない。それぞれのテ クストがどのように消化され、また排泄されるのか、ということには無関心で、とにかくたらふく読んできた。まだ使うあてのないアイデアや決まり文句、そういう空っぽのカロリーが単にあふれ出てくる排泄は、健康的な方だ。しかし時にはひとつの美しすぎる文が腸内でこんがらがって、異物の見識としてそのまま吐き戻されてしまうこともある。他人の言葉、特に自分が先に綴りたかったと思うような言葉、自分が思い付きたかったと感じさせる言葉、で腹を満たしたいという欲望。この欲望が曲者だ。この他人の言葉という脂肪や塩分や糖分が体内の血管を駆け巡り、脳や肺や心臓にまで達してしまうのは許せなくて、吸収されるのでも、放出されるのでもなく、そのまま痰になって体内のリズムを狂わせながら居残ってしまう。書き手としてこういった未消化のかけらは毒に等しい。渇望に打ち勝たないといけない。
『小説の準備 コレージュ・ド・フランス講義』でロラン・バルトは、美しい作品のことを、バルト自身に欠けているものを含むゆえに欲望される作品、と評している。これを参考に、ケイト・ブリッグスは著作 This Little Art で、翻訳の欲求と作家としての自らのアイデンティティの探究について記している。パリに住むアングロフォンでバルトを翻訳する職業作家のブリッグスを読むことは、私自身のアイデンティティも似たような DNAで構築されていることもあり、時に辛いものでもある。今回のレジデンスに招待されるまで、彼女の本は長い間触れられずに手元にあった。それはまるで禁断の果実で、なにかを清算するようにやっと読むに至った。
言葉であれ、考え方であれ、人であれ、なにかを未消化のまま残しておくという方が簡単だ。その方がリスクも少ないし、影響される恐れも盗作の恐れもない。言葉を話したり綴る際、何が自然発生的で、何が病原体のように入り込んできたものなのか知る由はあるのだろうか。何が自分のものなのか。自分が個別の自分自身であるには、他者から取り込められるのはどれほどなのだろう。
レイ・タナヒルの Flesh and Blood: A History of the Cannibal Complex から一節を引用することで、他なる世界観を自分の中に取り込むことの暴力性や、それに伴う自我の喪失の可能性、そういった翻訳やキュレーションに必要なものに触れたい。翻訳において、訳す側と訳される側の関係性は本質的に統制されている。作者の暴力というものが存在するのなら、それは甘噛みやキスマークのようなものではないだろうか。それに比べ、作家、翻訳家、そしてキュレーターとしての自分の最も暴力的な自身は読者としての自身だと思う。私の好きな作家の大部分は、作家同士、互いを紙上に登場させらずにはいられないようだ。互いを喰ってしまわぬために、引用するのかもしれない。
「口は血濡れ、腹は膨れ、私は恥じる」
一体我々は欲望をどれほど制御でき、どれほど制御すればいいのだろうか。身体に、知性に、何を取り込むべきかという選択はエロティックなものだ。食料からエネルギーへ、食料から排泄物へ、テクストから知識へ、他から内へ。翻訳のいろいろなかたちは、世界との欲望的な接し方の体現かもしれない。他者の言葉を取り込み新しいかたちに咀嚼するというのは、もしかすると愛の行為かもしれない。しかし、書き手としての自身の成長のためにも、生き残る戦術として選択は慎重に行わねばならない。というのも、暴食に身を任せた場合に、自分の細胞がどれほど私らしさを保てるのかまだわからないからだ。今まで書かれた言葉でぶくぶく太ってしまうと、身動きが取れずに書けなくなってしまう。何を我慢するかということに慎重になってこそ、自分自身の言葉に対して食欲を持てるという次第だ。
しかし読まずに書くというのは糞せず食うに等しく不可能だし、食欲がなくなることもないだろうし、またなくしたいとも思わない。私の言葉を紡ぐきっかけになるものには栄養素もあるわけで、今のところは同じ場所で食って糞するしかない。今回食卓に出したのは、私よりも進んだ消化器官のための豪華な料理だ。羨むべきテクストが書く行為の妨げにならぬよう、新陳代謝を高める作用の目録を用意した。
汚い話ですまない。「地獄とは他人のことだ」ともあるように、堕ちる覚悟のうえで食事と排泄に美点を見いだし、読んで書くことを慰めに、私はここで蛇のリンゴを持っているだけなのだ。
Trans. Naoki Sutter-Shudo
Ana Iwataki is a writer, curator, and translator based in Los Angeles. Recent writings include “A Lover’s Guide to the Package Factory,” published by Bel Ami gallery on the occasion of Benjamin Reiss’s solo exhibition; “Translator, Curator, Selfish Lover; Lives and Works in Los Angeles,” published in the Los Angeles Review of Books; and I will set a stage for you, an anthology of Iwataki and collaborator Marion Vasseur Raluy’s year-long program for Art Viewer’s Screen Section, published by Holoholo Books in 2018. Iwataki and Vasseur Raluy have organized collaboratively the exhibitions u at Utopian Visions, Portland, OR (2018); Windowlicker, Balice Hertling, Paris (curated with Julie Beaufils; 2018); Luca Francesconi: Eternal Digestion, 67 Steps, Los Angeles (2018); Beloved in the Landscape, Bel Air, Essen (2016); Nothing Recedes Like Failure, Mortadelle, Arles (2016); and Some of My Best Friends are Germs, le Doc, Paris (2016). Solo curatorial projects include Hanna Hur: undressing a clam, Visitor Welcome Center, Los Angeles (2017), and a series of three solo exhibitions by Kim Farkas, Brian Khek, and Michael Zahn for LAMOA DS#3 at Commonwealth and Council, Los Angeles (2017). From 2015 to 2017 she codirected the exhibition space Shanaynay in Paris. Iwataki regularly writes exhibition texts and is currently working on a collection of essays and short-form writing on desire, translation, and consumption. She received an MA in Curating Contemporary Art from Université Paris-Sorbonne and a BA in Art History from Pitzer College.
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아나 이와타키 (Ana Iwataki) 는 미국 로스 엔젤레스에서 큐레이터겸 겸 번역가로 활동하고 있는 작가이다. 최근 저서로는 갤러리 Bel Ami에서 출판된 벤자민 레이스의 개인전을 위한 수록 에세이 “A Lover’s Guide to the Package Factory” 가 있다. 이 외의 저서로는 Los Angeles Review of Books 에서 출판된 “Translator, Curator, Selfish Lover; Lives and Works in Los Angeles” 이 있으며, 2018년 4월 Holoholo Books 에서의 Art Viewer Screen Section 에서 마리온 배서와 콜라보래이션으로 스크린 부문을 일년 프로그램을 통해 출판된 문헌집인 I will set a stage for you 이 있다. 또한 이와타키는 2018년 배러 랄루이와 함께 미국 오레건 주 포틀랜드에 있는 갤러리 Utopian Visions 전시 U를 전시 기획하였으며, 프랑스 파리 갤러리 Balice Hertling 의 전시 Windowlicker 과 미국 캘리포니아 주 로스엔젤레스 갤러리 67 Steps 에서 루카 프랜스코니의 전시 Eternal Digestion 을 기획하기도 했다. 또한 2016년에는 독일 에센 갤러리 Bel Air 에서의 전시 Beloved in the Landscape, 프랑스 알레스 갤러리 Mortadelle 에서의 전시 Nothing Recedes Like Failure 를, 파리 갤러리 le Doc 에서 전시 Some of My Best Friends are Germs 기획했다. 개인 전시기획 프로젝트로는 2017년 로스엔젤레스 갤러리 Visitor Welcome Center에서의 작가 해나 허의 Undressing a clam 을 맡았고, 갤러리 Commonwealth and Council 에서 LAMOA DS#3 프로젝들을 위한 킴 파카스, 브라이언 케, 그리고 마이클 잔의 3개의 개인전을 기획했다. 또한 2015년부터 2017년까지 그녀는 프랑스 파리에 있는 갤러리 Shanaynay 에서 겸임 디렉터를 맡아왔다. 이와타키는 정기적으로 미술 전시의 수록 글과 에세이, 그리고 욕망, 번역, 소비에 관한 짧은 글들을 써왔으며, 그녀는 미국 피저 대학에서 미술사학을 학사수여 했고, 파리 소보네 대학에서 현대미술큐레이팅을 석사수여 받았다.
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Ana Iwataki er forfatter, kurator, og oversætter. Hun bor og arbejder i Los Angeles. Hendes seneste tekster inkluderer “A Lover’s Guide to the Package Factory” (En elskers guide til pakkefabrikken) udgivet af Bel Ami i anledningen af Benjamin Reiss’ soloudstilling på galleriet; “Translator, Curator, Selfish Lover; Lives and Works in Los Angeles” (Oversætter, kurator, selvisk elsker; liv og arbejde i Los Angeles) udgivet i Los Angeles Review of Books; og I will set a stage for you (Jeg vil give dig en scene), en antologi af Iwataki og hendes samarbejdspartner Marion Vasseur Raluy som en del af deres et-årige program for Art Viewer’s Screen Section, udgivet af Holoholo Books i April 2018. Iwataki og Vasseur Raluy har sammen organiseret udstillingerne u på Utopian Vision, Portland (2018); Windowlicker (Vinduesslikker), Balice Hertling, Paris, FR (kurateret i samarbejde med Julie Beaufils; 2018); Luca Francesconi: Eternal Digestion (Evig fordøjelse), 67 Steps, Los Angeles (2018); Beloved in the Landscape (Elsket i landskabet), Bel Air, Essen (2016); Nothing Recedes Like Failure (Intet forsvinder som fejl), Mortadelle, Arles (2016); and Some of My Best Friends are Germs (Nogle af mine bedste venner er bakterier), le Doc, Paris (2016). Solo-kuratoriske projekter inkluderer Hanna Hur: undressing a clam (Hanna Hur: Afklædning af en musling),Visitor Welcome Center, Los Angeles (2017) og en serie af tre soloudstillinger af Kim Farkas, Brian Khek og Michael Zahn for LAMOA DS#3 på Commonwealth and Council, Los Angeles (2017). Fra 2015 til 2017 var hun co-direktør af udstillingsstedet Shanaynay i Paris. Iwataki skriver regelmæssigt udstillingstekster og arbejder lige nu på en samling af essays og kortere prosatekster om begær, oversættelse og forbrug. Hun er uddannet MA i kuratering af samtidskunst fra Université Paris-Sorbonne og BA i kunsthistorie fra Pitzer College.
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Ana Iwataki es una escritora, traductora, y curadora residente en Los Ángeles. Algunas de sus obras más recientes incluyen “A Lover’s Guide to the Package Factory” publicada por Bel Ami galería celebrando la exposición del artista Benjamin Reiss; “Translator, Curator, Selfish Lover; Lives and Works in Los Angeles” publicada por Los Angeles Review of Books; y I will set a stage for you una antología sobre el programa de film anual de Art Viewer curado en colaboración con Marion Vasseur Raluy y publicada por Holoholo Books en Abril del 2018. Iwataki and Vasseur Raluy también han colaborado como curadoras de las siguientes exhibiciones: u en Utopian Visions, Portland (2018); Windowlicker, en colaboración con Julie Beaufils y realizada en la galería Balice Hertling, Paris (2018); Luca Francesconi: Eternal Digestion, 67 Steps, Los Angeles (2018); Beloved in the Landscape, Belle Air, Essen (2016); Nothing Recedes Like Failure, Mortadelle, Arles (2016); y Some of My Best Friends are Germs, Le Doc, Paris (2016). Algunos de sus proyectos individuales como curadora incluyen: Hanna Hur: undressing a clam, Visitor Welcome Center, Los Ángeles (2017) y una serie de exhibiciones individuales de los artistas Kim Farkas, Brian Khek y Michael Zahn para LAMOA DS#3 en el Commonwealth and Council de Los Ángeles durante el transcurso del año 2017. En el periodo que comprende los años 2015 al 2017 Iwataki fue la Co-directora de Shanaynay en Paris. Iwataki escribe ensayos sobre exhibiciones regularmente. En la actualidad, se encuentra desarrollando una colección de ensayos cortos sobre consumo, traducción y deseo. Iwataki recibió un master en Curaduría en Arte Contemporáneo en la Universidad Paris- Sorbonne y posee un título en Historia del Arte de Pitzer College.
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Ana Iwataki est une auteure, commissaire, et traductrice basée à Los Angeles. Ses récents écrits incluent : “A Lover’s Guide to the Package Factory,” publié par Bel Ami à l’occasion de la présentation de l’exposition personnelle de Benjamin Reiss à la galerie ; “Translator, Curator, Selfish Lover; Lives and Works in Los Angeles,” publié dans Los Angeles Review of Books ; et I will set a stage for you, une anthologie d’un programme d’un an de vidéos présentés dans la section Screen du site Art Viewer, dirigée par Ana Iwataki et sa collaboratrice Marion Vasseur Raluy, publiée par Holoholo Books en avril 2018. Ana Iwataki et Marion Vasseur Raluy ont organisé ensemble les expositions u à Utopian Visions, Portland (2018) ; Windowlicker, Balice Hertling, Paris (organisé avec Julie Beaufils; 2018) ; Luca Francesconi: Eternal Digestion, 67 Steps, Los Angeles (2018) ; Beloved in the Landscape, Bel Air, Essen (2016) ; Nothing Recedes Like Failure, Mortadelle, Arles (2016) ; and Some of My Best Friends are Germs, le Doc, Paris (2016). Ses projets curatoriaux menée seule comprennent : Hanna Hur: undressing a clam, Visitor Welcome Center, Los Angeles (2017) et une série de trois expositions personnelles de Kim Farkas, Brian Khek, et Michael Zahn pour LAMOA DS#3 à Commonwealth and Council, Los Angeles (2017). De 2015 à 2017, elle a co dirigé l’espace d’exposition Shanaynay à Paris. Elle écrit régulièrement des textes d’expositions et travaille actuellement sur une collection d’essais et de textes courts portant sur le désir, la traduction et la consommation. Elle est titulaire d’un master professionnel intitulé « L’art contemporain et son exposition » (Université Paris IV – Sorbonne) et d’un Bachelor of Arts en l’histoire de l’art (Pitzer College).
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岩滝アナ ロサンゼルスを拠点に活動する作家・キュレーター・翻訳家。カリフォルニア州ピッツァーカレッジにて美術史の学士号を取得後、パリ・ソルボンヌ大学にて現代美術キュレーションの修士号を取得。近年執筆の作品に、ベンジャミン・リースの Bel Ami での個展に合わせて出版された『パッケージ製造工場への恋人によるガイド』、Los Angeles Review of Books のアート特集号に掲載された『翻訳家・キュレーター・わがままな恋人—ロサンゼルスを拠点に活動』、マリオン・ヴァスール=ラリュイとの共同キュレーションの Art Viewer の Screen コーナーを編集した『舞台を用意しておいてあげる』(2018年、Holoholo Books)などがある。ヴァスール=ラリュイとの共同企画展示に、u(18年、オレゴン州ポートランドの Utopian Visions にて)、Windowlicker(18年、パリの Balice Hertling ギャラリーにて、ジュリー・ボーフィスとの共同企画)、ルカ・フランチェスコ二の個展『永遠なる消化』(18年、ロサンゼルスの 67 Steps にて)、『風景の中の最愛』(16年、ドイツ・エッセンの Bel Air にて)、『失敗ほど進まないものはない』(16年、フランス・アルルの Mortadelle にて)などがある。岩滝個人の企画展示として、ロサンゼルスの Visitor Welcome Center でのハンナ・ハーの個展『貝を脱がす』(17年)、Commonwealth and Council 内の LAMOA DS#3 でのキム・ファルカス、ブライアン・ケック、マイケル・ザンの個展三本立て(17年)などがある。2015年から2017年にかけてはパリの展示スペース Shanaynay を共同運営。現在、様々な展示への寄稿に併せ、「欲望・翻訳・消費」をテーマとしたエッセイ集を執筆中。
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